¿Estará mi escuela deportiva preparada para todo tipo de problemas? ¿Deberían adquirir un desfibrilador semi automático? Estas son algunas de las preguntas más habituales que nos hacemos a la hora de elegir el mejor centro para nuestros hijos. La respuesta a la segunda es un sí rotundo. No solo ha de contar con un DEA, también es necesario formar al personal no sanitario a desenvolverse en situaciones de emergencia, así como el conocimiento de las maniobras de reanimación cardiopulmonar o RCP, el soporte vital básico o SVB y otros conceptos elementales que ayudarán a salvar vidas. En la entrada de hoy vamos a hablar de este tema tan importante, ya que atañe a la seguridad de los más pequeños.
¿Por qué los centros deportivos deben de contar con un DEA?
Los DEA han demostrado que pueden incrementar en gran medida las probabilidades de superar un accidente cardiovascular en lugares públicos como los polideportivos y centros de atletismo. Hay que tener en cuenta que el ejercicio intenso, así como otros factores como el calor o enfermedades de algunos deportistas pueden provocar este tipo de situaciones con mucha más facilidad, especialmente cuando se concentran un gran número de personas en el mismo sitio.
¿Los niños también pueden sufrir un problema de corazón? Por supuesto, existen algunas características que pueden predisponerlos y su edad no garantiza que estén a salvo. De hecho, cada vez que fallece un joven por este motivo el impacto social que se causa es muy elevado. Los infartos son la principal causa de muerte evitable en nuestro país, por encima de los accidentes en la carretera u otras enfermedades.
Por todo esto, es muy aconsejable que todos los espacios públicos y privados que albergan un considerable número de público dispongan de un equipo de desfibrilación. Especialmente si se trata de centros deportivos donde se realiza ejercicio físico constantemente. No es un asunto que debamos tomarnos a la ligera, ya que supone la diferencia entre la vida y la muerte.
¿Los desfibriladores pueden usarse en niños?
Los datos clínicos recogidos en actuaciones sobre los más pequeños han comprobado que los algoritmos utilizados en los DESA pueden identificar los ritmos pediátricos y diferenciar los que son susceptibles de desfibrilación. Además, en los últimos tiempos se han desarrollado electrodos especiales que disponen de un dispositivo atenuador de dosis, limitando la electricidad a los 50 o 75 julios, una dosis adecuada para niños de 1 a 8 años.
En otras palabras, los DEA poseen unos parches diseñados para adultos que también se pueden usar en niños de 8 años en adelante. También existen parches especialmente diseñados para niños de entre 1 y 8 años. Es decir, la máquina es exactamente la misma en ambos casos, lo único que cambian son los parches, por lo que cualquier colegio o centro deportivo donde haya jóvenes y pequeños debería contar con ambos tipos.
No corras riesgos innecesarios: exige la máxima seguridad
Como padres, deberíamos exigir que los centros donde nuestros hijos practican deporte cuenten con todas las medidas de seguridad, incluyendo la presencia de los desfibriladores y de personal no sanitario instruido en su manejo, así como las técnicas de reanimación cardiopulmonar. De lo contrario, puede que cuando lleguen los servicios de emergencia ya sea demasiado tarde. Además, su instalación, mantenimiento y los cursos de aprendizaje son asequibles para cualquiera, así que no hay motivos para estar más tranquilos desde hoy mismo.