La protección ante posibles problemas cardiacos es un tema que preocupa cada vez más a la opinión pública. Y también a los diversos organismos. Una buena muestra de ello es la nueva normativa que se ha aprobado hace unos días en la comunidad de Castilla-La Mancha, que regula el uso de DESA en lugares ajenos al ámbito sanitario. En la entrada de hoy vamos a hablar de los cambios más importantes que se han producido y de la incidencia que éstos tendrán en el futuro.
¿Qué es lo que ocurre ahora?
El nuevo Decreto 4/2018 emitido el 22 de enero deroga al anterior de 2009 y modifica por completo el uso de desfibriladores fuera de hospitales y centros de salud. Según los impulsores de la iniciativa, el objetivo no es solo actualizar los requisitos para su uso, simplificándolos, sino también promover la formación del personal no sanitario y la calidad de los formadores.
Quizás, uno de los principales cambios lo encontramos en las personas que pueden utilizar los aparatos. La normativa de 2009 sólo permitía el acceso a los profesionales sanitarios, que además debían contar con cursos sobre soporte vital básico y desfibrilación. La actualización de 2018 ha democratizado por completo su uso, ya que cualquiera puede operarlos.
Por supuesto, si en el lugar donde se ha producido el accidente cardiovascular hay alguien cualificado para esta tarea, no es necesario actuar. Pero imaginemos una situación en la que debemos valernos por nuestra cuenta. ¿Qué hacer? Pues llamar a Emergencias, contar la situación y pedir que te pongan en contacto con alguien que sea Licenciado en Medicina y Cirugía, Graduado en Medicina, Diplomado o Graduado en Enfermería.
Con su ayuda, más las indicaciones de la propia máquina, serás capaz de realizar los primeros pasos de reanimación mientras esperas la llegada de los servicios médicos. Sin duda, un gran avance que nos va a permitir salvar muchas vidas.
¿Qué debo hacer si ya estoy cardioprotegido?
Los locales y negocios que ya cuenten con estos equipos tendrán como máximo un periodo de 12 meses para adaptarse a la nueva normativa. Teniendo en cuenta que entra en vigor al mes de su publicación, que fue el pasado 2 de febrero, tendríamos de plazo hasta el 2 de marzo de 2019 para hacerlo.
Los dueños son los responsables del mantenimiento y cuidado de los equipos, que deben estar siempre en perfectas condiciones para garantizar su uso. De igual forma, también se harán cargo de formar al personal no sanitario y cumplir con todos los nuevos requisitos que marca la ley, como colocarlos en espacios bien visibles, adecuadamente señalizados y con mapas que faciliten su acceso.
¿Son suficientes los cambios?
Que cualquier ciudadano pueda salvar una vida siguiendo las indicaciones telefónicas de los profesionales es un cambio realmente positivo. Aunque la normativa establezca la posibilidad de hacer uso del desfibrilador sin acreditación, es de vital importancia formarse en su su uso ya que aporta confianza y agilidad en la actuación. Todo ello posibilitara una mayor eficacia en la ayuda.
La nueva normativa queda un poco tibia teniendo en cuenta que no establece obligatoriedad alguna, ni siquiera recomendación. Esperamos que a corto plazo podamos asistir a avances más significativos en este campo.